Cientos de autónomos que trabajaban en el sector sanitario de los Países Bajos se desempeñaban desde hacía años sin poseer titulación profesional o diploma que los habilitara para ejercer.
Se trata de más de 400 profesionales, que fueron contratados por tres agencias de empleo y fueron ubicados en alrededor de 10 instalaciones sanitarias radicadas en diferentes localidades del país.
Los trabajadores autónomos implicados trabajaban para proveedores de servicios de atención sanitaria en residencias de ancianos, centros de atención a discapacitados, servicios de salud mental y atención a jóvenes.
Estas irregularidades fueron detectadas durante una investigación realizada por la Inspección de Salud y Atención a la Juventud (Inspectie Gezondheidszorg en Jeugd (IGJ), en colaboración con la policía y la Inspección de Trabajo de los Países Bajos (Nederlandse Arbeidsinspectie).
También pudieron constatar que varios trabajadores autónomos no tenían un Certificado de Buena Conducta válido, conocido en Holanda como Verklaring Omtrent het Gedrag (VOG).
Esto supone un riesgo para garantizar la calidad de los servicios sanitarios que se ofrecen en Holanda, ya que pone en peligro la atención que se le brinda a los pacientes.