El gobierno holandés planea detener en 2030 la adopción de niños procedentes de otros países. En el transcurso de los próximos 6 años se pondrá fin gradualmente a estos procesos de acogida en el extranjero.
Así lo ha comunicado el Secretario de Estado Teun Struycken, tras haberlo informado también a la Cámara de Representantes.
Esta medida se debe a que fueron detectadas irregularidades en el sistema de adopción, como falsificaciones de documentos a gran escala. En algunos casos, los niños no eran huérfanos o no habían sido abandonados de forma voluntaria por sus progenitores.
Debido a esto, la adopción internacional se paralizó por completo luego de que en 2018, el ministro Dekker anunciara sobre los abusos en los procesos de adopción. Poco tiempo después se volvieron a procesar solicitudes, pero con un control más estricto.