El Consejo Asesor de Migración (De Adviesraad Migratie) de los Países Bajos le ha pedido al gobierno holandés que invierta más en la formación lingüística de los trabajadores migrantes que se encuentran en el país.
Las clases deberán estar aseguradas no solo por el gobierno sino también por los propios empleadores, quienes deben contruibuir a los costos de las mismas.
Aprender el idioma local ayudaría a una mejor integración en la sociedad holandesa. Pero la recomendación del Consejo Asesor va más allá. Los trabajadores migrantes también deben conocer y poder ejercer sus derechos y obligaciones, desarrollarse en el ámbito profesional y ampliar su red social conociendo a otras personas.
El objetivo es que este grupo social, integrado por trabajadores extranjeros, dejen de ocupar un lugar aislado en la sociedad holandesa.
“Los trabajadores migrantes son una fuente potencial de empleos en Holanda. Las empresas que cuentan con personas de diferentes culturas, tienen mejores capacidades para encontrar soluciones creativas y resolver conflictos. Los trabajadores migrantes pagan impuestos en el país y a su vez, una gran parte de sus ingresos contribuyen a la demanda de bienes y servicios”, dice el reporte.
Muchos profesionales extranjeros que vienen a Holanda por motivos laborales son contratados sin la exigencia de dominar el idioma holandés. Los procesos de selección y entrevistas se realizan mayormente en inglés, la lengua que deben dominar como mínimo para conseguir un empleo en Holanda.